Por primera vez en su historia, en un proceso inédito, la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), elegirá a su nueva directiva por medio del voto de sus aproximadamente 70 mil profesores.
A diferencia de lo que sucedía en el pasado, ahora, con la aplicación de la reforma laboral aprobada en mayo de 2019, los maestros votarán el próximo 9 de diciembre para elegir a su secretario general del organismo sindical en Tamaulipas.
Antes, solo mil delegados, profesores previamente seleccionados, eran los que participaban en una asamblea y elegían a su comité directivo. No existía la democracia interna. Por lo regular, desde la Ciudad de México, imponían al dirigente estatal.
Ahora las cosas han cambiado, por lo menos, en el método, en la forma: la elección será abierta, un proceso en el que podrán votar los 70 mil maestros tamaulipecos que integran la Sección 30 del SNTE.
Lo que no ha cambiado es el fondo: el sindicato magisterial sigue siendo una organización que se niega a renovarse, que opera como en los viejos tiempos del más pestilente priismo, anquilosado y esclerótico.
Los mejores ejemplos de que el SNTE se niega a reinventarse son los tres candidatos que se registraron en busca de la secretaría general de la Sección 30. Ninguno ofrece algo nuevo, una propuesta radical que cambie las cosas al interior.
Abelardo Ibarra representa la planilla de la continuidad. Este maestro es más de lo mismo. Ningún cambio de fondo plantea. Se afirma que es prácticamente un títere de Rigoberto Guevara Vázquez, secretario general saliente.
Al plegarse a las instrucciones de Rigoberto Guevara, Abelardo Ibarra se convirtió en el candidato del oficialismo y, por tanto, está cavando su tumba.
Rigoberto Guevara carga el descrédito de haberse sometido a lo largo del sexenio de Cabeza de Vaca. Nunca defendió a los maestros tamaulipecos, quienes vieron cómo el petulante gobierno cabecista desapareció becas, computadoras y demás beneficios que correspondían a los trabajadores de la educación.
Para colmo, una maestra ligada al panismo, Cecilia Robles, es la propuesta de Abelardo Ibarra para ser secretaria de finanzas en caso de ganar la elección sindical.
El problema es que Abelardo se dice el candidato del actual gobierno estatal, de filiación morenista, pese a que jamás se le vio en un evento de campaña a favor del doctor Américo Villarreal Anaya. Nadie lo vio en algún acto proselitista de la 4T.
Arnulfo Rodríguez es un caso caricaturesco, salido del Parque Jurásico. Así es: Arnulfo es un dinosaurio ligado a la corrupta profesora Elba Esther Gordillo.
A sus casi ochenta años, retirado de los salones de clase, ya jubilado, Arnulfo Rodríguez quiere ser nuevamente líder del magisterio tamaulipeco. Lo fue hace 20 años, cuando la venta de plazas adquirió el calificativo de descarada.
En busca de viejas glorias que jamás regresarán, Arnulfo se registró para ver si chicle y pega. Eso es lo que representa este profesor que, para colmo, miente abiertamente con algunas de sus propuestas de campaña.
Naif Hamscho es el candidato que supuestamente busca la transformación del SNTE y que dice ser ajeno a los actuales grupos de poder en Tamaulipas, pero sus críticos afirman que tiene ‘cuernos’ y, por tanto, lo vinculan con el senador panista Ismael García Cabeza de Vaca.
Para terminar con esa versión, Naif debería desmentirla con firmeza, cosa que no ha hecho hasta el momento.
Aunque comenta que representa a una nueva generación de profesores en el estado, con maestros que nunca han participado en la dirigencia estatal, en su planilla aparece la maestra Magdalena Peraza Guerra como candidata a concejal.
Como bien sabemos, Magda Peraza se la jugó con César ‘El Truco’ Verástegui en la elección por la gubernatura de Tamaulipas. Una nominación a concejal que, por lo visto, tiene ‘truco’ de tinte albiazul.
Así están las cosas en la Sección 30 del SNTE rumbo a la elección del 9 de diciembre: Abelardo significa la continuidad; Arnulfo es un auténtico dinosaurio; y Naif dice encabezar la transformación pero parece que tiene cuernos cabecistas.
Si en verdad quieren que sus derechos sean respetados en base a la reforma laboral avalada a principios del sexenio de la 4T, los maestros tamaulipecos deberían emprender un cambio real y de fondo: formar un nuevo sindicato y deshacerse del pasado. Punto.
Y PARA CERRAR…
El chat de whatsapp de los regidores tampiqueños se puso calientito en los últimos días.
Primero, la regidora panista Beatriz Rodríguez Taravelsi cuestionó la labor de ciertos personajitos que dicen ser profesionales del chismorreo. Afirman que se lanzó duró contra ellos por publicaciones (de baja estofa) en redes sociales.
Luego, en pleno domingo, el regidor priista Roberto González Barba criticó la marcha lopezobradorista realizada en la Ciudad de México. El exdiputado federal dijo que había puros acarreados.
Ante el calificativo que les endilgó el priista, la regidora morenista Mónica Villarreal Anaya reaccionó. Informó que andaba allá, en la marcha, y que ella no era una acarreada. De paso, le tiró una ‘indirecta’ a González Barba por su ‘priismo empanizado’.
De esa forma, el chat de los regidores jaibos se puso más divertido que una sesión ordinaria de Cabildo.