Para analizar lo que sucede con el polémico tema de los aranceles que el presidente Donald Trump finalmente dejó en pausa durante un mes mientras México demuestra, con hechos, que fortalecerá la vigilancia en la frontera para detener el tráfico de drogas y de indocumentados, es importante partir de casos concretos para observar que la integración económica existente entre ambos países (y algunos más) es prácticamente imposible de desmantelar en el contexto y el sistema de la globalización.
Con ‘la cabeza fría’ pensemos en lo que apenas en días pasados, en una gira que realizó por la frontera el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, se anunció en materia de inversión extranjera:
– Medline, una empresa estadounidense que fabrica y distribuye insumos médicos, construye una nueva planta de 68 mil metros cuadrados en Nuevo Laredo con una inversión de 250 millones de dólares y que va a generar 3 mil empleos.
– LG Electronics, una empresa oriunda de Corea del Sur, invertirá 100 millones de dólares para expandir su nueva línea de producción en Reynosa.
Para iniciar, se plantea la pregunta elemental: ¿Por qué estas dos empresas, una de ellas con capital de Estados Unidos, invierten justo en este momento en nuestro país, cuando Donald Trump amenaza con imponer aranceles a todos los productos que se elaboren en México?
¿Por qué invierten esas millonadas en dólares en la construcción de una mega planta industrial en Nuevo Laredo y en una nueva línea de producción en Reynosa cuando, supuestamente, las cosas pintan mal para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte?
La respuesta la encontraremos en la frialdad -una vez más se impone la estrategia de ‘la cabeza fría- con la que ven los grandes corporativos de la salud o de la electrónica sus negocios. Si existen condiciones para obtener utilidades en el mediano y largo plazo, invierten. Si no las hay, simple y sencillamente no invierten ni un solo dólar. Así de fácil y así de sencillo.
Tanto Medline como LG Electronics invierten en la frontera tamaulipeca, es decir, en México, porque ven circunstancias y condiciones para que les vaya muy bien en el mediano y largo plazo, porque el modelo de integración económica firmado entre Estados Unidos y México permite que sus productos sean más competitivos (por ejemplo, frente a los televisores chinos) a la hora de ser exportados a otros países o comercializados en el mercado estadounidense y mexicano.
En otras palabras, los más interesados en que se mantenga el modelo global del libre comercio son las empresas trasnacionales, las que, con la finalidad de obtener mayores márgenes de ganancias, se instalaron en México porque su mano de obra es más barata -y bastante eficiente- y eso les permite competir ante ese nuevo gigante de la economía mundial que es China.
Donald Trump, cuyo pasado empresarial está salpicado de escandalosas bancarrotas en sus negocios y de las que salió adelante de manera muy sospechosa, puede lanzar sus incendiarias bravatas y sus ruidosas declaraciones mediáticas, pero la realidad económica es fría, basada en los números, en los costos de producción y en las utilidades.
Marcelo Ebrard, secretario de Economía del gobierno mexicano, lo explicó bastante bien ayer en la conferencia ‘Mañanera’ de la presidenta Claudia Sheinbaum: la competitividad de Estados Unidos depende de las plantas que tienen instaladas las empresas gringas en México.
Citó el caso de la empresa automotriz Ford: sus plantas más productivas del mundo se encuentran en nuestro país, la primera, en Cuautitlán Izcalli, Estado de México, y la segunda, en Hermosillo, Sonora.
En la planta de Cuautitlán Ford produce el Mustang, un vehículo deportivo que se exporta a los mercados más exigentes del planeta, con un alto poder de compra: Corea, Alemania, Dinamarca y Noruega.
¿Ford va a desmantelar sus dos plantas más productivas y competitivas del mundo para instalarlas en algún lugar de Estados Unidos? La respuesta es fría: No, no lo va a hacer. Jamás.
Aunque Donald Trump pegue de gritos, Ford no lo va a hacer por la simple razón ya expuesta: el costo de producción de sus autos se incrementaría notablemente y, por tanto, no podría competir ante los autos chinos, asiáticos y europeos. Imposible.
La lección política y económica para Trump, quien, se insiste, no fue un empresario tan exitoso como siempre quiso hacer creer con sus programitas de televisión, es que la ley del mercado es fría e implacable.
Por tanto, el presidente de Estados Unidos tendrá que dejar en pausa, por tiempo indefinido, los aranceles que quisiera aplicar a México…
¿Eso quiere decir que dejará de estar amenazando al gobierno morenista de Claudia Sheinbaum? La respuesta también es fría: No, no lo va a dejar de hacer.
Trump seguirá presionando porque insistirá en que México debe resolver dos problemas en verdad mayúsculos: el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y el paso de los indocumentados.
Ante esas exigencias, México obedecerá sin chistar. Ya lo vimos ayer: el gobierno mexicano enviará 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la frontera norte para fortalecer la vigilancia e impedir el paso de drogas… y de indocumentados (algo que no dijo la presidenta Sheinbaum).
Además, ya lo vimos ayer mismo: mientras en Palacio Nacional se anunciaba la pausa en la aplicación de los aranceles de Estados Unidos a México, en Nuevo Laredo se detenía al jefe de una organización de la delincuencia organizada. Seguramente, la detención se realizó porque lo pidieron los gringos. Esa es la realidad… una vez más, fría.
También, seguramente, con el paso de las semanas, el gobierno de Claudia Sheinbaum tendrá que tomar una fría decisión con el vergonzoso caso del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya… antes de que los soldados gringos, en una de sus clásicas operaciones especiales, vengan por él y se lo lleven para someterlo a juicio en la corte de Brooklyn.
ARMANDO Y DIPUTADAS FEDERALES SE LA JUEGAN CON LOS CAMPESINOS DEL SUR DE TAMAULIPAS Y DEL NORTE DE VERACRUZ
Hace casi un año, en una acción de justicia para los campesinos del sur de Tamaulipas, el norte de Veracruz, del oriente de San Luis Potosí y hasta del estado de Hidalgo, el alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez invirtió poco más de 2 millones 500 mil pesos en remodelación y equipamiento para que la sede del Tribunal Unitario Agrario del Distrito 30 se quedara en Altamira.
Esa sede, de inicio, se encontraba en Tampico, pero iba a ser reubicada. Sin embargo, al escuchar las peticiones de los campesinos de la región, Armando Martínez convenció a los altos mandos del Tribunal Superior Agrario y canalizó esos recursos del municipio.
Ahora, debido a decisiones que toman burócratas de la capital del país que no entienden las dinámicas económicas regionales, quieren llevarse el Tribunal Unitario Agrario a Ciudad Victoria. Es una decisión que afecta no sólo a los campesinos del sur tamaulipeco, sino también a los del norte veracruzano, del oriente potosino y hasta del estado de Hidalgo. Son miles los perjudicados porque sus trámites los tendrán que hacer viajando hasta la capital de Tamaulipas.
¿El fondo del traslado de la oficina de este Tribunal Agrario? A nivel federal no quieren pagar las quincenas de 4 empleados. Se ahorrarían esos sueldos si se llevan la sede a Ciudad Victoria. Existen recortes presupuestales que nomás no se entienden. Es una austeridad mal entendida. Caray.
En esta lucha, el alcalde Armando Martínez ya tiene el apoyo de las diputadas federales morenistas tamaulipecas Blanca Narro, Olga Juliana Elizondo y Claudia Hernández Sáenz para defender los derechos de los campesinos de la región.
En un documento enviado a la magistrada presidenta del Tribunal Superior Agrario, Claudia Dinorah Velázquez González, el alcalde y las diputadas federales le piden reconsiderar la decisión de cambiar la sede del Tribunal Agrario de Altamira ya es ‘un acto injusto y discriminatorio’ y cuestionaron que esa decisión haya sido unilateral.
‘La decisión debió tomarse a través de un acuerdo con los Poderes Ejecutivos de las cuatro entidades federativas involucradas (Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí e Hidalgo), pero sobre todo ser el resultado de una consulta indígena previa, informada y de buena fe dirigida a los pueblos y comunidades indígenas y afroamexicanas de la región’, enfatizaron por escrito Armando Martínez y las diputadas federales Blanca Narro, Olga Juliana Elizondo y Claudia Hernández.
Y PARA CERRAR…
El apoyo del gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal; del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado; y de comité estatal de Morena, fue pleno, solidario, total, para la presidenta Claudia Sheinbaum en las horas cruciales de la negociación del pasado fin de semana con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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