Aquí lo he dicho en varias ocasiones y lo vuelvo a sostener: la aspiración presidencial de Francisco García Cabeza de Vaca es un sueño guajiro, un cuento mal contado, una ficción, una auténtica vacilada.
Su aspiración presidencial es un insulto a la inteligencia.
La realidad es que nadie lo toma en cuenta a nivel nacional por la sencilla razón de su mala fama, su pésima reputación, por el nefasto gobierno y por la oscura administración plagada de irregularidades que encabezó en tierras tamaulipecas.
También se ha escrito aquí y en otros lados que Cabeza de Vaca sabe perfectamente que ni en sueños será candidato a la presidencia de la república y que su verdadero objetivo es que el CEN del PAN le otorgue el fuero que representa una senaduría de representación proporcional. Ese es su deseo real.
Sin embargo, es muy posible que ni eso alcance por la razón de que las senadurías plurinominales van a estar muy peleadas por las figuras nacionales del bloque opositor, integrado por el PAN y lo que queda del PRI y del devaluado y maltrecho PRD (un cero a la izquierda).
Por tanto, Cabeza de Vaca debería comenzar a conformarse con una diputación de representación proporcional que le permita regresar a México, al menos, por tres años, aunque siempre con la posibilidad de que le quiten el fuero y vayan por él en cuanto el actual gobierno de Tamaulipas destape la cloaca de corruptelas cometidas, por ejemplo, en las Comapas, un escándalo que estallará tarde o temprano.
Algo más confirma que Cabeza de Vaca es irrelevante en el escenario nacional es el hecho de que no es incluido en las encuestas que miden las preferencias de los posibles aspirantes presidenciales de la oposición.
Ahí están las más recientes encuestas de las empresas RUBRUM y CeResearch, las que ni siquiera se tomaron la molestia de medir a Francisco García Cabeza de Vaca, un nombre asociado con la corrupción y el autoritarismo.
Es decir, Cabeza de Vaca carece de autoridad moral para ser candidato a la silla presidencial. Su proyecto no tiene sustento ya que, virtualmente, es un prófugo.
La encuesta aplicada por RUBRUM se centra en los posibles aspirantes presidenciales de Acción Nacional: Santiago Creel, presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados; Ricardo Anaya, el prófugo que vive de su campaña de 2018; Lilly Téllez, la senadora sin definición ideológica que ahora parece representar a la extrema derecha; Maru Campos, gobernadora de Chihuahua; Manuel Clouthier, el hijo de ‘El Maquío’; Margarita Zavala, la esposa venida a menos del socio de Genaro García Luna, Felipe Calderón; y Mauricio Vila, gobernador de Yucatán.
Bueno, hasta mide el nombre de Juan Carlos Romero Hicks, actual diputado federal y exgobernador de Guanajuato, pero Cabeza de Vaca no aparece ni de chiste.
La encuesta de CeResearch también se enfoca en los panistas que realmente tienen posibilidades de ser candidatos a la presidencia de México en 2024: Santiago Creel, Lilly Téllez, Ricardo Anaya, Mauricio Vila y Maru Campos.
El exgobernador de Tamaulipas, Cabeza de Vaca, no aparece por ningún lado. Esa su cruda realidad. Nadie lo toma en serio, nadie lo toma en cuenta.
Por cierto, esas encuestas, las aplicadas por RUBRUM y CeResearch coinciden en que Santiago Creel ocupa el primer lugar de la carrera por alcanzar la candidatura presidencial de la oposición.
Lo mismo sucede con las encuestas realizadas por el periódico ‘El Financiero’, por la empresa ‘Massive Caller’ y por ‘AtlasIntel’: el nombre de Francisco García Cabeza de Vaca no es mencionado, no es citado, no es medido.
El sondeo de ‘El Financiero’, por ejemplo, agrega los nombres de los priistas Claudia Ruiz Massieu, Enrique De la Madrid, Beatriz Paredes y Alejandro Murat, así como los emecistas Luis Donaldo Colosio junior, Samuel García y Enrique Alfaro.
Bueno, hasta Alejandro Moreno, mejor conocido como ‘Alito’, de negro historial y de muy mala reputación, es incluido en la lista de figuras opositoras de relevancia nacional que tienen alguna posibilidad de ser candidato presidencial, pero Cabeza de Vaca nomás no aparece. Esa es la neta: el texano, perdón, el tamaulipeco no pinta.
Ni siquiera Ciro Gómez Leyva, el periodista que a cada rato lo entrevista, confía en que Cabeza de Vaca pueda alcanzar la candidatura a la presidencia de México.
Los únicos que creen en esa ilusión, en ese sueño guajiro, son los lacayos de Cabeza de Vaca, los mismos de siempre, su estrecho círculo cercano: su hermanito Ismael, el regiomontano Gerardo Peña, ‘el loser’ Luis René Cantú (alias ‘El Cacharro’) y alguno que otro diputado local o exfuncionario estatal despistado.
Nadie en sus cabales, nadie que esté ‘cuerdo’, cree que Cabeza de Vaca pueda ser presidente de la república.
Esa es la verdad que Cabeza de Vaca quiere negar con su campañita de anuncios espectaculares que colocó en las principales ciudades de Tamaulipas, una campaña que lo único que cosechó fue repudio, un rechazo generalizado.
A lo único que aspira realmente el residente de Texas, en términos políticos, es a ser incluido en la lista de candidatos a una diputación federal por la vía plurinominal, ya que las senadurías de representación proporcional van a estar muy peleadas por personajes de la oposición que realmente tienen presencia nacional.
Esa es la realidad política de Cabeza de Vaca. Lo demás es puro cuento.