Lo que ayer sucedió en las urnas del Estado de México es historia pura: la estrepitosa derrota del Grupo Atlacomulco, una poderosa e influyente corriente política priista que gobernó durante 94 años la entidad y que llegó, con Enrique Peña Nieto, a la presidencia de la república.
El Grupo Atlacomulco emergió en un charco de sangre: el que dejó el asesinato del gobernador mexiquense Alfredo Zárate Albarrán, perpetrado a principios de marzo de 1942.
Zárate Albarrán encabezaba el Bloque Permanente de Gobernadores, un grupo de mandatarios estatales que le jugaban ‘la contra’ al presidente Manuel Ávila Camacho. Cualquier similitud a la Alianza Federalista ya fallecida es mera coincidencia.
En ese contexto, murió acribillado de ocho disparos (de acuerdo con algunos testimonios) en una noche de borrachera en el Centro Charro de Toluca. Eran tiempos en que todavía se escuchaban los ecos de la Revolución Mexicana y las diferencias políticas se arreglaban a balazos.
Ante la violenta muerte de Zárate Albarrán, Manuel Ávila Camacho decidió enviar como gobernador del Estado de México a un abogado y diplomático, un hombre que en su juventud había sido un leal maderista: Isidro Fabela.
José Isidro Fabela Alfaro nació en los ochentas del siglo 19, en un pueblito llamado Atlacomulco, una comunidad que se haría famosa en la época en que la revolución, una vez concluido el periodo de los generales, se hizo institucional.
Al tomar las riendas del poder mexiquense, Isidro Fabela conformó su gabinete y designó como tesorero general a su sobrino: Alfredo Del Mazo Vélez.
El padre de Alfredo Del Mazo Vélez fue Manuel Del Mazo Villasante, quien, por cierto, había sido alcalde del pequeño poblado de Atlacomulco.
De la mano de Isidro Fabela, el ascenso de Alfredo Del Mazo Vélez al poder fue meteórico: de la tesorería saltó a la secretaría general de gobierno y, posteriormente, en 1945, a la gubernatura del estado.
De entonces a la fecha, habría tres gobernadores de la dinastía Del Mazo: Alfredo Del Mazo Vélez, de 1945 a 1951; Alfredo Del Mazo González, de 1981 a 1986; y, Alfredo Del Mazo Maza, de 2017 a 2023.
Tanto Alfredo Del Mazo Vélez como su hijo Alfredo Del Mazo González aspiraron a ser presidentes de México, pero se quedaron en la orilla en el juego de la sucesión. La realidad es que ni uno ni otro tenían los tamaños para llegar a Los Pinos. El tercero del linaje ni siquiera tenía capacidad para ser gobernador.
El sello del nieto de la dinastía se rigió por la mediocridad y el desencanto: Alfredo Del Mazo Maza ganó a duras penas la gubernatura hace seis años, en una elección que siempre estuvo bajo la sombra de la sospecha de que se cometió un fraude. Todo indica que su primo, el entonces presidente Enrique Peña Nieto, lo ayudó a ‘cuadrar’ los números en las casillas, una ‘artimaña’ clásica del Grupo Atlacomulco.
Con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a Palacio Nacional, la suerte de Alfredo Del Mazo Maza estaba echada: tendría que entregar la gubernatura que se robó.
Eso fue lo que sucedió ayer: el desacreditado y devaluado Grupo Atlacomulco tuvo que entregar la gubernatura a la profesora Delfina Gómez, la candidata de Morena que fue víctima del fraude electoral cometido hace seis años en las urnas mexiquenses.
¿Este es el fin del Grupo Atlacomulco? Es difícil saberlo. Existen virus muy resistentes. La mala hierba es muy difícil que muera. Lo que es cierto es que, junto con el PRI, sufrió una dolorosa e histórica derrota, una caída que podría definir el sombrío futuro del partido tricolor.
LA FUNDACIÓN COLOSIO DE TAMAULIPAS ORGANIZA DIÁLOGOS CON PRESIDENCIABLES
Quienes sostuvieron un diálogo vía digital con la experimentada senadora y exgobernadora de Tlaxcala, Beatriz Paredes, fueron los priistas tamaulipecos.
El encuentro, organizado por la Fundación Colosio de Tamaulipas, presidida por Ramiro Ramos Salinas, se realizó el sábado pasado en una conversación en la que también participaron ciudadanos, sin militancia en el PRI.
La idea de la Fundación Colosio es escuchar a los aspirantes del nunca Revolucionario y siempre Institucional a la presidencia de la república.
Por esa razón, ya está programada una nueva charla vía zoom para la tarde del próximo jueves 8 de junio, ahora con Enrique de la Madrid.
Licenciado en Derecho por la UNAM y maestro en Administración Pública por la Escuela de Gobierno ‘John F. Kennedy’ de la Universidad de Harvard, el hijo del expresidente Miguel de la Madrid presentará la conferencia ‘México: sus retos y sus oportunidades’.
Lo interesante es que los priistas tamaulipecos se mueven en la ruta de la crucial elección del 2024 con este tipo de eventos que tratan de levantar la alicaída moral del tricolor.
Inquieto como siempre, Ramiro Ramos Salinas expuso esta propuesta a Carlos Solís, presidente estatal del PRI, y le dieron para adelante a la realización de las videoconferencias con los aspirantes presidenciales priistas.
CLAUDIO DE LEIJA DONA SILLAS DE RUEDAS
Ahora que las personas de la tercera edad acuden al Parque Bicentenario de Ciudad Madero para realizar su nuevo trámite dentro del programa de apoyo federal a los adultos mayores, el recorrido de ingreso es un poco largo para ellos.
Esa fue la razón por la que Claudio De Leija Hinojosa, delegado de Bienestar Social del gobierno estatal en Madero, donó sillas de ruedas en colaboración institucional con la Secretaría de Bienestar Social federal.
Esta acción es reflejo de la visión humanista aplicada por el gobierno de Américo Villarreal Anaya a través de la Secretaría de Bienestar Social, cuya titular es Verónica Aguirre. Las personas de la tercera edad son prioridad para la Cuarta Transformación.
Y PARA CERRAR …
Sí, tal como se esperaba, el PRI ganó la gubernatura de Coahuila, pero no tiene la relevancia estratégica en la geopolítica nacional que sí detenta el Estado de México.
De esta forma, Morena ya cuenta con 23 gubernaturas, una cifra que si bien no es determinante sí es muy importante de cara a la elección presidencial de 2024.
