La experiencia de Erasmo González Robledo se observa desde que llega al pletórico auditorio municipal Américo Villarreal Guerra: saluda de mano a los asistentes mientras recorre el pasillo central hasta el escenario, donde se encuentran los dos Cabildos, el saliente y el entrante.
Erasmo reparte abrazos, dialoga en corto, agradece que lo acompañen en el momento en que alcanza el sueño de su vida: ser alcalde de Ciudad Madero.
Es un sueño que nació de niño, cuando apenas cursaba el quinto año de primaria, a principios de la década perdida, los ochentas: su padre, Erasmo González Martínez llega a la presidencia municipal de la urbe petrolera.
Eran otros tiempos, eran los tiempos del cacicazgo de Joaquín Hernández Galicia, mejor conocido como ‘La Quina’, cuando prácticamente todo se definía en la calle San Luis de la colonia Unidad Nacional.
Más allá del caciquil liderazgo sindical quinista, Erasmo González Martínez era un hombre bien visto por la sociedad de su tiempo: sencillo, decente, creyente. En resumen, un hombre bueno, padre de una familia ejemplar y respetable.
En ese entorno, creció un niño, un adolescente, de nombre Erasmo González Robledo. También surgió un sueño: ser presidente municipal, como su papá.
También tuvo otro sueño, tal vez más apasionado en la adolescencia: ser jugador profesional de fútbol.
Estuvo a punto de lograrlo tras ser recibir el visto bueno y la invitación del entrenador de esa época dorada del Tampico-Madero, el chileno Carlos Reinoso.
A pocos días de debutar en Primera División ante el legendario Atlas de Guadalajara, una barrida y una lesión de tibia y peroné provocó que dejara las canchas.
Fue cuando se enfocó en alcanzar su otro sueño: dedicarse a la política y al servicio público por medio de la contaduría.
En la cancha de la política también intentaron, en múltiples ocasiones, lesionarlo, sacarlo de la competencia. A diferencia de lo que sucedió en el fútbol, aquí Erasmo resistió y esquivó los embates, las patadas y los golpes bajos.
Al llegar al escenario donde se encuentra el Cabildo que presidirá, saluda de mano a todos, incluyendo a quienes serán su oposición, los blanquiazules, entre ellos, la regidora Alba Alicia Verástegui Ostos, hermana del famoso ‘Truco’, ex candidato del PAN a la gubernatura de Tamaulipas.
Erasmo es dueño del escenario luego de tomar protesta. Se para ante el podium, sonríe con plena seguridad y agradece la asistencia de los invitados especiales.
Llegan a la cita, algunos de los exalcaldes: Juan Hernández Correa, ‘El Capi’; Andrés Zorrilla y Jaime Turrubiates. Reconoce, además, el legado de Adrián Oseguera Kernion, primer alcalde morenista de Ciudad Madero.
Agradece, además, a la distancia al exalcalde Esdras Romero Vega, quien no pudo asistir porque se encuentra en la Ciudad de México atendiendo tareas de la secretaría general de la Sección Uno del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). En su representación asiste su hija, Karen Romero Juárez, quien es vitoreada.
Así es: en las gradas ubicadas frente al escenario, se acomodan los trabajadores petroleros y los sindicalizados del Ayuntamiento, los integrantes del SUTSHA que comanda el regidor saliente Azael Portillo Alejo. Serán los que le pondrán sal y pimienta a la ceremonia oficial con sus porras y el frenético ritmo de ‘la batucada’ a favor de Erasmo González Robledo.
Erasmo es político en todo momento: invita al evento a Carlos Fernández Altamirano, quien fuera su contrincante con la bandera del PAN en la contienda por la alcaldía. El ahora exdiputado local asiste al evento y Erasmo le reconoce su estatura política.
Su discurso lo abre con una frase que deja en claro la línea de su gestión: ‘Nuestro gobierno estará alineado con el de la doctora Sheinbaum’.
Sobre la ‘prosperidad compartida’ afirma: ‘El crecimiento solo tiene sentido si llega a todos’. Es la postura ideológica de la Cuarta Transformación, la que inició el expresidente Andrés Manuel López Obrador hace seis años.
Después precisa cómo se siente ante el compromiso y la responsabilidad que asume: ‘Me he preparado durante muchos años para llegar aquí’.
Se compromete a pavimentar más calles, a mejorar la iluminación, a rehabilitar el Parque Bicentenario y el mercado 18 de marzo y que la Casa de la Cultura, actualmente en manos del gobierno estatal, pase a ser operada y administrada por el municipio. Además, plantea que se debe hacer algo provechoso con el estacionamiento subterráneo. Propone que el IMEPLAN los ayude con un proyecto.
Sus propuestas reciben aplausos, pero una promesa ‘se roba’ la noche: ‘Cambiaremos el enfoque a uno de proximidad, empatía y cultura de servicio de nuestros tránsitos municipales’.
Al pronunciar la frase, cae una cascada de aplausos desde las gradas. Es el instante climático del evento, prácticamente a la medianoche.
Al ver la respuesta, Erasmo González Robledo repite palabra por palabra el compromiso y recalca con mayor claridad: ‘Habrá cambios en los operativos de tránsito’.
Es evidente, es notorio: los ciudadanos, los maderenses y los visitantes están hartos de ‘las mordidas’ de los agentes viales. Es un rotundo ‘¡Ya basta!’.
Con un público que confía en lo que el nuevo alcalde quiere hacer para Ciudad Madero, Erasmo se declara listo para gobernar y expresa optimista: ‘Haremos historia de la buena’.
Recalca lo que se percibe desde hace muchos años: ‘Éste es y ha sido mi sueño’
Ante una asistencia que se le entrega, Erasmo remata con su ya clásica expresión de ánimo: ‘¡A darle!’.
Y PARA CERRAR…
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, asistió ayer a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum como presidenta de México.
La doctora Sheinbaum y el doctor Américo mantienen una excelente relación política y seguramente así seguirá, con plena e institucional colaboración entre estado y Federación.
Sobre la toma de posesión de la primera mujer en ser presidenta de la república -en la que abundaron los símbolos políticos- se abundará en otra colaboración.