Ahora se dice fácil, pero tuvieron que pasar 15 años, una década y media para que la obra que mejora la conectividad del sur de Tamaulipas y del puerto industrial de Altamira fuera, literalmente, reconstruida y fuera abierta a la circulación vial.
Fue en diciembre de 2010 cuando el espurio Felipe Calderón, entonces presidente de México, inauguró el paso superior vehicular a la altura del kilómetro 30 de la carretera Tampico-Mante.
Parecía que la obra se incorporaba al paisaje de la modernidad vial de Altamira, el municipio que se ha convertido en el motor económico del sólido sur tamaulipeco con la potencia de la industria petroquímica y la exportación de múltiples productos al mercado global.
Sin embargo, al poco tiempo, en cuestión de meses, salieron a relucir las primeras anomalías en la construcción del puente. Comenzaron a aparecer cuarteaduras sobre los muros de contención y en la carpeta asfáltica. La decisión fue cerrarlo e intentar repararlo. Lo volvieron a abrir a la circulación por unas cuantas semanas, para decidir un cierre definitivo en julio de 2011.
El diagnóstico fue letal: el puente estaba mal construido.
El problema de la construcción era de origen: las bases fueron mal edificadas. Se construyó sobre dos lagunas sin un estudio a fondo de mecánica de suelos.
Es decir, imperó la negligencia, la desidia, la desatención.
El error costó cientos de millones de pesos.
¿Hay algún culpable de esa costosa y millonaria equivocación del gobierno de Felipe Calderón? No, absolutamente no. Nadie hasta el momento.
La constructora, una de tantas con sede en la frontera tamaulipeca, guardó silencio. El gobierno calderonista no investigó. Lo peor: dejó la obra en el abandono. Lo mismo hizo el expresidente Enrique Peña Nieto: nada. Al priista encopetado no le importó rescatar la obra. De hecho, siempre vio con desprecio a Tamaulipas (por eso entregó el estado a Cabeza de Vaca).
Así, en el olvido, fruto de la negligencia, tras publicar un reportaje la obra fue bautizada por el periódico LA RAZÓN de Tampico como ‘El Puente Roto’.
Ese monumental error ya fue corregido por el gobierno de la Cuarta Transformación. La 4T demolió el Puente Roto y construyó con una inversión de 293 millones de pesos el Puente de la Esperanza. Le duela a quien le duela.
Desde que era senador, el ahora gobernador Américo Villarreal Anaya gestionó la reconstrucción del puente. Su voz fue escuchada por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador.
El compromiso se cumplió ayer, bajo el sol de mediodía, a la mitad del séptimo mes del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. El Puente Roto se convirtió en el Puente de la Esperanza en los tiempos de la Cuarta Transformación.
Repito: le duela a quien le duela… y vaya que les duele a algunos cuya única herramienta opositora -al fin desesperados cabecistas- es propalar la más descarada y cínica desinformación.
TRES EVENTOS EN UNO: LA VISITA DEL GOBERNADOR AL SÓLIDO SUR
Como en las ofertas de las tiendas de autoservicio, fueron tres eventos en uno al filo del mediodía en Altamira: la inauguración del Puente de la Esperanza; la entrega de 30 patrullas a la Guardia Estatal para vigilar los municipios del sólido sur; y el banderazo de arranque del operativo Semana Santa 2025.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, fue recibido por los tres alcaldes de la zona sur: su hermana Mónica Villarreal, de Tampico; Erasmo González, de Ciudad Madero; y el anfitrión, Armando Martínez, de Altamira.
También asistieron a la cita tres alcaldes más: Paty Chío, de El Mante; Noemí Sosa, de Aldama; y Miguel Zúñiga, del municipio de González.
Cuatro secretarios del gabinete estatal llegaron al acto: Héctor Joel Villegas González, de la General de Gobierno; Pedro Cepeda, de Obras Públicas; Benjamín Hernández Rodríguez, de Turismo; y Sergio Chávez García, de Seguridad Pública.
La senadora morenista tamaulipeca Olga Sosa no podía faltar en este relevante evento, al igual que la diputada federal Blanca Narro Panameño. Ahí estuvieron también el diputado local Marcelo Abundiz y la legisladora Lucero Deosdady.
Fue destacada la participación del director general de la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) de Altamira, Fidel Maldonado López. El funcionario expresó su sincero agradecimiento al mandatario estatal por su ‘liderazgo visionario’ y ‘por impulsar de manera decidida esta importante obra’.
De manera simbólica y por separado, los alcaldes del sólido sur, Mónica, Erasmo y Armando entregaron al gobernador Américo Villarreal las llaves de las diez patrullas que aportó cada Ayuntamiento, bajo la figura jurídica de un comodato, a la Guardia Estatal.
Con estas 30 patrullas en total, se fortalecerá la vigilancia en las colonias. Ese es el objetivo: que los elementos policiacos estén más cerca de la gente si se les necesita.
Posteriormente, todos dieron el tradicional y colorido ‘banderazo’ de arranque del operativo Semana Santa 2025.
De acuerdo a cifras manejadas por la Secretaría de Turismo del gobierno tamaulipeca, se espera la llegada de 2 millones 300 mil turistas al estado en el periodo vacacional de Semana Santa y Pascua.
LA INICIATIVA AMBIENTALISTA DEL DIPUTADO PEPE SCHEKAIBÁN
Hace una semana, entre el desfile de las comparecencias de los secretarios del gabinete estatal, el diputado local panista Pepe Schekaibán presentó la iniciativa con proyecto de decreto del cero plástico y unicel.
¿De qué trata esta acción legislativa? Busca incorporar la política de cero desechables en el Congreso del Estado.
Es decir, que ya no se usen vasos y botellas de plástico y unicel.
De esa forma, el Congreso de Tamaulipas no solo buscaría la mejora de la ecología y el medio ambiente, sino que pondría el ejemplo.
Al subir a la tribuna, Pepe Schekaibán afirmó que ‘es momento de que el Poder Legislativo asuma su responsabilidad ambiental y se convierta en un modelo de sostenibilidad’.
El legislador expuso un dato revelador: en México apenas se recicla el 50 por ciento del plástico polietileno conocido como PET.
En caso de que esta iniciativa sea aprobada, se establecería un precedente a nivel de los congresos estatales.
Así, la Unidad de Servicios Administrativos y Financieros instrumentaría una política de ‘cero desechables’ para lo cual se reducirá el uso de desechables plásticos y de unicel en el Congreso del Estado.
Y PARA CERRAR…
Por la tarde, el gobernador Américo y los alcaldes Mónica, Erasmo y Armando, acompañados de la senadora Olga Sosa y los diputados locales Yuriria Iturbe, Katalyna Méndez, Cynthia Jaime, Marcelo Abundiz y Adrián Cruz subieron a una lancha en el Club de Yates de Tampico y navegaron sobre el río Pánuco y la cuenca del Guayalejo.
Además, supervisaron los avances del proyecto del Dique Moralillo. La explicación corrió a cargo del secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga Álvarez.
Por cierto, también fueron invitados al recorrido y supervisión los diputados locales panistas Charo González y Pepe Schekaibán.


