Un mensaje ha sido enviado de forma recurrente desde lo más alto del poder al inconsciente colectivo de un país de profundos rasgos machistas durante los últimos meses: será una mujer quien ocupe la próxima presidencia de la república.
Esa es la tendencia que se registra desde hace varios meses en las principales instituciones mexicanas y en uno de los poderes de la república y que tiene por misión defender la Constitución federal, la legalidad.
Se trata de un mensaje consistente, con una interpretación que va más allá de la simple designación del momento, de una lectura que nos conduce a la elección de 2024.
El primer mensaje fue enviado desde Palacio Nacional al iniciar el 2022: Victoria Rodríguez Ceja, economista de profesión, fue designada gobernadora del Banco de México.
De esa forma, Victoria Rodríguez Ceja, a propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador y ratificada por el Senado de la República, se convirtió en la primera mujer en ser la gobernadora del banco central del país.
Muchos analistas del sector financiero creían que sería un hombre quien estaría al frente del Banco de México, pero el señor de Palacio Nacional envió una primera señal sucesoria con aroma de mujer.
A la par, a principios de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso otra dama a la presidencia del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Se trató de Graciela Márquez Colín, la primera mujer en ser secretaria de Economía, quien pasó a ocupar la titularidad del organismo autónomo que se encarga de manejar el sistema nacional de información estadística y geográfica, encargado, entre otras cosas, de los censos de población del país.
Graciela Márquez, economista egresada de la UNAM y con un doctorado en Historia Económica por la Universidad de Harvard, se convirtió así en la primera mujer en dirigir el INEGI.
Un año después, a inicios de este 2023, llegó la sucesión en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La favorita de Palacio Nacional era la magistrada Yasmín Esquivel Mossa.
Sin embargo, una publicación del escritor y crítico literario Guillermo Sheridan, envolvió a Yasmín Esquivel en un escándalo de plagio de su tesis de licenciatura en Derecho por la UNAM.
El golpe de la prensa fue demoledor: los magistrados eligieron entonces a Norma Lucía Piña Hernández como nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quien se caracterizó por votar en contra de las propuestas o proyectos del gobierno de la Cuarta Transformación. Se puede afirmar que es una ministra sumamente incómoda para el presidente López Obrador.
No obstante, se mantuvo la tendencia: una mujer estaba al frente de uno de los tres Poderes de la República, del Poder Judicial.
Norma Piña es la primera mujer en estar al frente de la Suprema Corte en sus 200 años de existencia. De esa dimensión fue su nombramiento, su elección fue histórica.
Para rematar, hace un mes, al llegar abril, justo en medio de una de sus mayores controversias políticas, vino el cambio en la presidencia de otra institución sumamente representativa: el Instituto Nacional Electoral (INE).
Desde unas semanas antes, se estableció que sería una mujer la que asumiría la consejería principal del organismo autónomo.
Guadalupe Taddei Zavala, integrante de una familia que simpatiza con la 4T, fue electa por insaculación por la Cámara de Diputados el pasado 31 de marzo, cuando vencía el plazo para el nombramiento de los nuevos consejeros electorales.
La nueva presidenta del INE es tía de Juana Taddei Arriola, actual diputada local en Sonora, y de Pablo Taddei Arriola, director de la empresa estatal Litio Mx. También es prima de Jorge Taddei Bringas, quien es delegado de los programas federales del Bienestar en Sonora.
Más allá de las simpatías de varios de los integrantes de la familia Taddei por la Cuarta Transformación, Guadalupe Taddei se convirtió en la primera mujer en ocupar la presidencia del INE, del árbitro que conducirá la elección presidencial de 2024.
En política nada es casual, nada está dictado por la casualidad, siempre existe un mensaje, una interpretación de fondo.
El aroma de mujer en las principales instituciones del país es una tendencia… a propuesta de Palacio Nacional.
Eso quiere decir, prácticamente, que será una mujer la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la presidencia de México. De hecho, así lo indican todas las encuestas publicadas hasta el momento: Claudia Sheinbaum ocupa el primer lugar en la carrera.
Eso también se puede traducir de la siguiente forma: será una mujer, por vez primera en la historia del país, quien ocupe la silla presidencial en 2024.
