La inminente liberación de Eugenio Hernández Flores exhibe, una vez más, que la justicia mexicana opera bajo momentos políticos.
Justo un mes después de que Francisco García Cabeza de Vaca dejó el poder en Tamaulipas, un juez de Ciudad Victoria decide que el caso de ‘Geño’ carece de elementos penales para procesarlo. Es decir, estuvo cinco años en prisión preventiva para ser, finalmente, liberado. Cinco años en la cárcel, solo por una revancha política.
Más allá de que el expediente penal en su contra haya sido muy mal integrado e investigado, la percepción política -se subraya, la percepción política- es que se trata de una injusticia.
Sin embargo, algo se debe recordar: antes de tener problemas penales con la llegada de Cabeza de Vaca a la gubernatura en Tamaulipas, el priista tuvo que enfrentar desde junio de 2015 una orden de aprehensión emitida por la Corte Federal de Estados Unidos por el delito de lavado de dinero.
Incluso, en una investigación que rastreó el manejo ilícito de 30 millones de dólares, las autoridades estadounidenses confiscaron cuatro propiedades a Eugenio Hernández, tres de ellas ubicadas en McAllen, Texas, esa ciudad que gusta tanto a los políticos tamaulipecos para comprar lujosas residencias, adquirir amplios terrenos e invertir en múltiples negocios.
De acuerdo con la información difundida por la Corte de Estados Unidos, en el caso aparece involucrado el cuñado del exgobernador, Oscar Gómez Guerra, del que poco o nada se dice en la actualidad.
Si los gringos exhibieran la lista de políticos tamaulipecos que, fascinados por el estilo de vida consumista norteamericano, cuentan con propiedades en las ciudades texanas fronterizas, se revelaría un auténtico escándalo digno de análisis. ¿Cuánto dinero de los presupuestos públicos ha terminado en el territorio que enarbola la bandera de la estrella solitaria?
Pero hubo otro escándalo político -y que nunca fue investigado jurídicamente- en el que estuvo involucrado Eugenio Hernández Flores en el segundo año de su gubernatura: cuando participó activamente en el fraude de la elección presidencial de 2006.
Sí, el proceso electoral fraudulento con el que Felipe Calderón, entonces panista, ganó la presidencia de México por el escaso margen de 0.56 por ciento al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, candidato en esas fechas de la coalición por el Bien de Todos.
Como prueba de la participación de ‘Geño’ en el fraude de 2006, López Obrador mostró una prueba contundente desde entonces: la llamada telefónica que hizo Elba Esther Gordillo a Eugenio Hernández, en la que pide al gobernador tamaulipeco priista que se defina.
En aquella llamada, exhibida por vez primera en un mitin lopezobradorista en El Zócalo de la Ciudad de México, la controvertida maestra dice a ‘Geño’ que ‘ya se cayó el PRI’ y, por tanto, ‘hay que saber cómo actuar’.
Explica los resultados de una encuesta que aplica el sindicato del magisterio ese día, durante la jornada del dos de julio de 2006, en el que se revela la pequeña diferencia entre Calderón y AMLO, y el desplome de Roberto Madrazo, candidato del PRI.
Directa, sin rodeos, Elba Esther recomienda a Eugenio que le llame a Felipe Calderón ‘para decirle algo’, ‘para vender lo que tenga’.
‘Yo te comunico, tú decides’, remata la polémica profesora, la que hoy, libre de estar tras las rejas en el sexenio de Peña Nieto, se lanza nuevamente con duras críticas en contra de Andrés Manuel López Obrador.
Esa no fue la única llamada telefónica que recibió Eugenio Hernández Flores y que fue interceptada. Hubo una más, después del día de la elección.
Como se sabe, Pedro Cerisola, entonces secretario de Comunicaciones y Transportes del gobierno de Vicente Fox, se comunica con el gobernador tamaulipeco, quien se dirigía a Toluca, para sostener una reunión con otros gobernadores priistas, entre ellos, Enrique Peña Nieto, erigido ya en el jefe de la banda tricolor.
Para abrir la conversación, Cerisola suelta a ‘Geño’ la famosa frase ‘te sobregiraste’, lo que causa risa al victorense. Luego, el funcionario foxista pide abiertamente que les echen una mano en franca referencia a darle el respaldo al IFE y, por supuesto, a Felipe Calderón.
La grabación no deja lugar a dudas, Eugenio Hernández responde: ‘Cuenta con nosotros, somos varios colegas (gobernadores) que votamos en ese tenor’.
Es una prueba contundente: La alianza PAN-PRI en la elección presidencial del 2006 queda al descubierto. Es un elemento para declarar el fraude, la componenda para inclinar la balanza ante un apretadísimo resultado en las urnas.
Así sucedió: varios gobernadores priistas, entre ellos, Enrique Peña Nieto, del Estado de México; Natividad González Parás, de Nuevo León; Fidel Herrera, de Veracruz; Mario Marín, de Puebla; y, por supuesto, Eugenio Hernández Flores, de Tamaulipas, traicionaron a su candidato Roberto Madrazo y apoyaron a Felipe Calderón para derrotar, en una elección calificada por muchos como fraudulenta, a Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente de México.
Como lo dijo AMLO hace tiempo en una de sus ‘mañaneras’ -un tema que la prensa victorense censuró-, Eugenio debería hablar a fondo sobre la elección presidencial de 2006, que confesara cada una de las reuniones que sostuvo con priistas y panistas para ‘torcer’ el voto y encauzarlo a favor del partido blanquiazul.
Tampoco se debe olvidar que ese día, el primero de julio de 2006, sucedieron cosas muy raras en las casillas del sur de Tamaulipas.
¿Eugenio hablará del fraude electoral de 2006 ahora que salga de la cárcel? ¿Estará arrepentido ‘Geño’ de haber apoyado a Felipe Calderón, quien, después, con su peculiar política de ‘seguridad’ incendiaría el estado?
Para colmo, Eugenio apoyó al PAN en ese entonces… once años después, un gobernador del PAN lo metió a la cárcel. Cruel, cruda ironía.
Mientras tanto, los gringos lo esperan y lo quieren extraditar.
Y para cerrar
Signo de los nuevos tiempos: la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) firmó un convenio de amplia colaboración académica con la Universidad Dr. Andrés Bello (UNAP) de la república de El Salvador.
Guillermo Mendoza Cavazos, rector de la UAT, suscribió el acuerdo por medio de videoconferencia con la maestra Ana Iveth Escobar de Umanzor, rectora de la UNAP.
Una de las primeras actividades que realizarán las dos universidades, será el intercambio de estudiantes, profesores e investigadores.