Lo dijo Zoé Robledo ayer en Tampico durante la firma del acuerdo marco para la ampliación del programa IMSS-Bienestar en Tamaulipas: es como si dos naciones estuvieran restableciendo relaciones.
Así se encontraba la relación institucional entre la Federación y el anterior gobierno de Tamaulipas, el de Francisco García Cabeza de Vaca, en el sector salud: era una relación rota, carente de coordinación y colaboración.
Se encontraba así, en esa negativa situación, porque así lo quiso Cabeza de Vaca, siempre soberbio y prepotente, bravucón de barrio, hoy prófugo de la justicia mexicana, escondido en un fraccionamiento de super lujo en Dallas, Texas.
Hace casi un año, en abril de 2022, cuando se invitó a los 32 gobiernos estatales a integrarse al programa IMSS-Bienestar, Cabeza de Vaca se negó a participar.
El argumento fue que Tamaulipas no tenía rezagos ni problemas en su sector salud: que había hospitales, equipo, medicamentos y personal suficiente. Aquí, según él, todo era una maravilla. Ese fue el pretexto.
El gobierno federal fue respetuoso de la decisión del entonces gobernador tamaulipeco, primero porque no existía una ley que lo exigiera y, segundo, porque consideraban que el siguiente gobernador sería el doctor Américo Villarreal Anaya, un aliado de la Cuarta Transformación. El pronóstico de la Federación fue certero.
Lo que se encontró Américo Villarreal al llegar a la gubernatura fue un tiradero en el sector salud. Para comenzar, dos hospitales en obra negra, inconclusos, abandonados. Uno en Ciudad Madero y otro en Matamoros.
¿El equipo? La respuesta la podemos encontrar con un ‘detalle’ con el que se topó Zoé Robledo en su recorrido por el hospital general Torre Cantú en Altamira: el tomógrafo. El equipo existe, está ahí, pero no funciona desde hace muchos años. Se descompuso y nunca fue arreglado. Jamás destinaron recursos para repararlo.
Ese es un ejemplo del verdadero estado en que se encontró el sector salud: hospitales sin equipo, sin medicamentos, con infraestructura con marcado deterioro.
¿Qué hace funcionar entonces a esos hospitales tamaulipecos? Juan Antonio Ferrer Aguilar, director del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) dio la respuesta: la gente, los médicos y enfermeras, el personal en general. Ellos son los que sacan adelante el funcionamiento de los maltrechos nosocomios.
Pero ese es otro grave problema que se heredó del pasado inmediato y que padece el sector salud tamaulipeco: la incertidumbre laboral.
El siguiente dato, expuesto por Zoé Robledo en la reunión que se sostuvo en el Centro de Convenciones de Tampico, lo dice todo: Tamaulipas es el estado con mayor número de trabajadores por contrato.
Es decir, son trabajadores eventuales, no tienen base. Viven en la incertidumbre laboral.
Lo peor: existen casos de trabajadores que tienen hasta 18 años como eventuales. Nunca han recibido su base, su plaza. Así han vivido, en medio de un presente y un futuro incierto. Eso es una injusticia laboral.
Una vez más, en ese contexto, sale a relucir el Hospital Torre Cantú de Altamira: cuenta con 323 trabajadores, de los cuales 219 son eventuales.
Con la integración de Tamaulipas al programa IMSS-Bienestar, lo que se hará, ese fue el compromiso signado, fue darles su base laboral a esos trabajadores.
Cuando los empleados del sector salud que asistieron al evento escucharon eso, su respuesta fue una ovación.
La otra gran ovación del encuentro fue cuando el director general del Seguro Social se comprometió a que el Hospital General de Madero, el ubicado en Miramápolis, sea concluido en este año. Es una demanda generalizada.
Al respecto, el gobernador Américo Villarreal recordó su reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador en octubre del año pasado en Ciudad Victoria, cuando le expuso que existían dos hospitales, uno en Madero y otro en Matamoros, que se encontraban inconclusos desde hace muchos años. El presidente giró la instrucción de que se terminaran y entraran en operación. Eso es lo que se va a hacer en 2023.
Además, el doctor Américo logró ayer otro respaldo del gobierno federal: la construcción de dos hospitales más. Uno en Nuevo Laredo y otro en San Fernando.
Zoé Robledo puso de ejemplo la nueva coordinación que existe entre el programa IMSS-Bienestar con el gobierno de Tamaulipas y sus alcaldes. En el caso del hospital de Nuevo Laredo, el proyecto ya está elaborado, pero faltaba el terreno donde construirlo. La alcaldesa Carmen Lilia Canturosas levantó la mano y dijo que ella ya tenía el predio y, por tanto, la obra iniciará pronto.
De eso se trata el programa IMSS-Bienestar, dijo Zoé Robledo: de una nueva coordinación, por la vía de la centralización, de los servicios de salud y de sustituir un modelo cuya tendencia era la fragmentación y la descarada privatización.
En el pasado, en la época neoliberal, muchas áreas de los hospitales eran manejadas por el sector privado y no funcionaban o, simple y sencillamente, eran carísimas… a cargo del erario público: las lavanderías, las cocinas, los laboratorios y hasta las farmacias eran manejadas por contratistas… los que cobraban cientos de millones de pesos por un pésimo servicio.
Eso es lo que busca sustituir el IMSS-Bienestar, con una política de Estado y no de estados, un modelo que ponga orden en los servicios de salud estatales en los ejes de infraestructura, equipamiento, medicinas para los pacientes y seguridad laboral para los trabajadores.
Eso fue lo que suscribieron los gobiernos federal y estatal en Tampico, en un restablecimiento de la relación institucional en el sector salud, con una inversión de casi 3 mil 280 millones de pesos en este año.
Al evento asistieron Gisela Lara, directora general del organismo público descentralizado de los servicios de salud del IMSS para el Bienestar; Vicente Joel Hernández Navarro, secretario de salud de Tamaulipas; y el secretario general de gobierno, Héctor Joel Villegas González.
También estuvieron presentes los presidentes municipales de Tampico y Altamira, Chucho Nader y Armando Martínez, así como la alcaldesa de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas.
En una gira temática, para supervisar el estado en que se encuentran, Américo Villarreal y Zoé Robledo recorrieron los hospitales de la zona metropolitana del sur de Tamaulipas.
Y PARA CERRAR…
El diputado local Mon Marón fue recibido ayer en Cuernavaca, Morelos, por la directora general de Caminos y Puentes Federales (Capufe), Elsa Julita Veites Arévalo.
Mon planteó dos propuestas: la primera, reubicar la caseta de cobro del Puente Tampico; la segunda, un parque que contribuya a la convivencia social debajo del puente.
El tema de la caseta de cobro del puente Tampico tiene muchos años en el debate y ahora se presenta la posibilidad de que sea reubicada. Vale desmenuzar el tema en una próxima colaboración.