Los resultados políticos del 2 de junio comienzan a reflejarse en los hechos del nuevo escenario del poder tamaulipeco: la Cuarta Transformación ya tiene a su Fiscal Anticorrupción.
Jesús Eduardo Govea Orozco llega a la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción con la mira puesta en el sexenio del prófugo de la justicia, el panista Francisco García Cabeza de Vaca.
La noche del miércoles pasado, en una sesión ordinaria, el Congreso del Estado eligió y, posteriormente, tomó protesta al nuevo Fiscal Anticorrupción, un hombre de amplia trayectoria en la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Lo que llamó la atención de la elección fue que los 32 diputados locales que asistieron votaron a favor de Govea Orozco. Su designación fue por unanimidad.
Es decir, hasta los panistas, incluyendo a los cabecistas, votaron por él, si bien había dos opciones más, Miranda Zavala Rodríguez y Pedro González Aranda, para ocupar el cargo. ¿Qué tal?
Esto implica, aunque nadie lo diga abiertamente, que hubo una negociación al interior del Poder Legislativo para que Govea Orozco saliera airoso, sin el rasguño de un solo voto en contra ni abstención alguna.
Sucedió lo contrario con el nuevo titular de la Auditoría Superior, Francisco Antonio Noriega Orozco, quien en la sesión anterior recibió las abstenciones de cinco panistas, entre ellos los tampiqueños Rosario González y Pepe Schekaibán, y el voto en contra de Ismael García Cabeza de Vaca, quien sí asistió en esa ocasión.
Sin embargo, Govea Orozco llega a la Fiscalía Anticorrupción con una encomienda muy clara: darle para adelante a las casi 100 denuncias que existen en contra de funcionarios del sexenio cabecista, 90 de esas demandas fueron interpuestas por el Poder Ejecutivo estatal y otras más por la Auditoría Superior del Estado.
Esta Fiscalía fue una de las últimas trincheras del cabecismo, desde la que retrasaron las investigaciones con el objetivo de impedir que cayeran en prisión varios personajes de la administración anterior.
Por esa razón, era una posición que trataron de mantener el mayor tiempo posible el grupo de Cabeza de Vaca. No obstante, Morena alcanzó una victoria aplastante y contundente en las urnas el 2 de junio y eso cambió el curso de la historia reciente del Nuevo Santander.
Ahora, el más alto mando de la 4T tamaulipeca cuenta con los instrumentos necesarios, tanto la Fiscalía Anticorrupción como la Auditoría Superior del Estado, para cobrar las cuentas pendientes -que son muchas- con los esbirros del exgobernador Cabeza de Vaca.
Ante este panorama, surgen preguntas de sumo interés: ¿Quiénes son los cabecistas que pueden caer tras las rejas? ¿Abrirán más expedientes de investigación contra el sexenio pasado? ¿Van por el jefe de la pandilla?
Una pregunta más: ¿Tras lo visto en la sesión de ayer, algunos de los diputados locales panistas comenzarán a tomar distancia del prófugo de la justicia y ahora exiliado en McAllen, Texas?
Con el tiempo veremos las respuestas.
EXMINISTRO QUE SIRVIÓ A LOS INTERESES DEL PRIAN QUISIERA DAR UN ‘GOLPE DE ESTADO’
La discusión en torno a la controvertida supremacía constitucional está llevando a ciertos personajes que se dicen especialistas jurídicos a decir auténticas barbaridades, sandeces que, por supuesto, tienen una intencionalidad política de fondo.
Es el caso del exministro José Ramón Cossío, quien fue integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación durante 15 años, de 2003 a 2018, es decir, durante los dos sexenios del PAN y el del priista Enrique Peña Nieto.
Resulta que este exmagistrado quiere destituir y castigar penalmente a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, electa en un proceso democrático por casi 36 millones de ciudadanos.
José Ramón Cossío no solo quiere la destitución de la presidenta, sino la de todos los senadores y diputados federales que se opongan y desacaten, en caso de ser aprobado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el proyecto de revisión e invalidación parcial de la reforma constitucional propuesto por el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Es decir, José Ramón Cossío quiere quitarle la presidencia de la república a Claudia Sheinbaum y, de paso, borrar a todos los senadores y diputados federales de Morena, PT y Partido Verde del Congreso de la Unión.
Para decirlo en otras palabras, el exministro quiere la desaparición del Poder Ejecutivo y del Poder Legislativo y, por tanto, darle una ‘supremacía’ política al Poder Judicial.
De hecho, el exmagistrado cuando habla de destituir a Claudia Sheinbaum afirma, de manera absurda, que no se necesita siquiera el desafuero del Poder Legislativo, sino que procedería en automático por desacatar un ordenamiento de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Este supuesto jurista, que llegó a la Suprema Corte en el sexenio de Vicente Fox, propone realmente un Golpe de Estado.
Esa es la intención política de fondo de este oscuro personaje que, en sus tiempos de magistrado, se negó a cuestionar la Ley Televisa y que también tuvo decisiones controvertidas con los casos de la Guardería ABC y el violento desalojo de Atenco, en el Estado de México… o sea, siempre estuvo del lado de los intereses del PRIAN.
Es evidente que algunos magistrados y ciertos personajes del pasado quieren conducir a México hacia una crisis institucional, en la que el Poder Judicial se asume como el máximo Poder de la república.
Más allá de los deseos de ministros y exministros, la realidad es que la Cámara de Diputados declaró la validez de la reforma judicial tras ser aprobada por 23 Congresos estatales. Por tanto, la reforma ya fue turnada al Senado de la República para su declaratoria de constitucionalidad y para que el Ejecutivo la publique en el Diario Oficial de la Federación.
Con esta decisión legislativa, se blindarán todas las reformas constitucionales ante amparos, impugnaciones, controversias y acciones anticonstitucionales.
¿El fondo de todo esto? El Poder Judicial todavía está en manos de los intereses políticos de la oposición, un grupo que gobernó el país a lo largo de 36 años, en el denominado periodo neoliberal. Ese Poder lo quiere tener ahora en sus manos Morena… a fin de gobernar a plenitud y sin cuestionamientos.
En síntesis, que nadie se espante, esto es la eterna lucha por el poder y el control de un país.
TAMAULIPAS Y LA FEDERACIÓN: LA MEJOR RELACIÓN INSTITUCIONAL EN MUCHÍSIMOS AÑOS
La relación institucional que sostiene el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, con la Federación, es la mejor que se haya visto en muchos, muchísimos años entre esos dos niveles de gobierno.
Esa es la verdad y esa es la realidad.
Esto se reflejó durante la reciente gira que realizó el doctor Américo por la Ciudad de México para reunirse con varios funcionarios de alto nivel, integrantes del gabinete de la presidenta de la república, Claudia Sheinbaum.
La gira se cerró con dos reuniones de trabajo que arrojaron productivos resultados para Tamaulipas. La primera, con el director general de Aduanas, Andre Foullon Von Lissum.
Para los ingresos generados por las aduanas, Tamaulipas es el estado clave a nivel nacional. Nuevo Laredo es un motor, pero también son relevantes Reynosa y Matamoros, cuyos puentes serán ampliados como parte del fortalecimiento de la infraestructura que requiere la entidad en su relación comercial con el mercado más grande del mundo y que comienza, precisamente, en Texas.
La otra reunión de trabajo de suma importancia que sostuvo el gobernador Américo Villarreal Anaya fue con la secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar; el director general de Petróleos Mexicanos (Pemex), Víctor Rodríguez Padilla; y la directora de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Esther Calleja.
Uno de los temas que se plantearon en la mesa de trabajo fueron, por supuesto, los proyectos energéticos que realizarán las empresas extranjeras Woodside, New Fortress y TC Energía, los que suman una inversión conjunta superior a los 16 mil millones de dólares.
Con estas inversiones millonarias, Tamaulipas se convierte en el líder del sector energético nacional. Esa es la dimensión económica de lo que viene, de lo que ya está suscrito y en marcha.
La visión, tanto la del gobernador Américo Villarreal como de la presidente Claudia Sheinbaum, es construir un estado con infraestructura de primer nivel para que responda a las exigencias de la economía global.
Por esa razón, se afirma que Tamaulipas vive la mejor relación institucional y de entendimiento político con la Federación, algo que no se había visto en muchísimos años por estos lares.