Los escenarios políticos se encuentran sujetos a las variables, a las circunstancias, a los factores que inciden en el momento en que se toman las decisiones.
Eso siempre es un tema a considerar, un aspecto a evaluar a la hora del diagnóstico definitivo.
Es el caso de lo que sucede en términos políticos en Tampico.
El escenario ya cambió en tierras jaibas: Acción Nacional, partido en el poder, se encuentra al borde de la división irreconciliable.
Cuando los pronósticos de prácticamente todas las encuestas y la gran mayoría de los analistas señalaban al PAN como favorito para ganar la presidencia municipal de Tampico, ahora indican una crisis política que se puede profundizar en el partido blanquiazul.
Eso es lo que provocaron las instrucciones enviadas desde McAllen, Texas, las órdenes dictadas por el exiliado exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, deseoso y a la vez desesperado por recuperar posiciones de poder y, sobre todo, de financiamiento económico.
Por esa razón, Mon Marón, suplente del senador Ismael García Cabeza de Vaca, se registrará como aspirante a la candidatura del PAN a la alcaldía porteña, en un franco desafío a la línea establecida por Chucho Nader, quien eligió a la diputada federal Rosa María González Azcárraga como la que debe continuar con la tarea de que Tampico siga brillando en el siguiente trienio.
Esa áspera confrontación al interior del PAN es vista como la gran oportunidad por Morena para llevarse la victoria en las urnas el 2 de junio en tierras jaibas. Conseguiría lo que parecía imposible: ganar en la capital de las Huastecas.
Sin embargo, para lograr la meta debe enviar como candidata a una mujer que convoque a los diferentes sectores sociales y productivos de la ciudad de las jaibas.
Esa mujer, por supuesto, no es Úrsula Patricia Salazar Mojica, una diputada local que no termina de generar confianza por culpa de su ambicioso marido, un sujeto de nombre Juan Dionisio Cruz Guerrero.
Así lo indican las encuestas y, en particular, la percepción que se respira entre la elite porteña, la que no gusta de aventuras de piratas y ambiciosos vulgares.
Eso lo saben perfectamente en el más alto mando de Morena. Sí, allá en Ciudad Victoria, en la casa en la que se toman las decisiones políticas del estado.
Lo saben tan bien que Mónica Villarreal recibió la señal, la luz verde, la autorización para seguir en la lucha e ir con todo por la candidatura de Morena a la alcaldía de Tampico.
A diferencia de Úrsula Patricia Salazar Mojica, que estaría inevitablemente destinada a perder, Mónica sería garantía de un contundente triunfo democrático en las urnas, sobre todo, si Mon Marón resulta ser el candidato designado por el CEN del PAN.
La luz verde a favor de Mónica, actual regidora del Cabildo porteño, se refleja en que una activa brigada de simpatizantes está colocando mantas de apoyo en todas las colonias de Tampico con la ya conocida frase ‘Mónica VA’.
La política es así: las circunstancias cambian de un momento a otro, de la noche a la mañana. Las variables se modificaron. Ahora, Morena se frota las manos, con Mónica Villarreal como candidata, para alcanzar la victoria en el bello puerto jaibo, la indiscutible joya de la corona tamaulipeca.
Y PARA CERRAR…
¿Qué les parecería que la maestra Magda Peraza desistiera la invitación de ser candidata del PAN a la diputación local por el Distrito 22, el que abarca la zona sur de Tampico, para irse a Morena y apoyar, con todo y su estructura territorial, a Mónica Villarreal Anaya?
No hay lugar a dudas: la política electoral del sólido sur se pone cada vez más candente e interesante.
