Ni la transición, ni el primer año de gobierno de la Cuarta Transformación en Tamaulipas fueron fáciles, ni tersos. Nada de eso.
Todo lo contrario: en un escenario inédito y complejo, afrontó un sendero plagado de candados jurídicos y políticos, auténticas bombas en una especie de campo minado que tuvieron o, mejor dicho, todavía tienen la intención de descarrilar el proyecto del doctor Américo Villarreal Anaya como gobernador del estado.
Sin embargo, poco a poco, con suma paciencia, sin caer nunca en la desesperación, con un trabajo quirúrgico, como si se estuviera en una mesa de operaciones, las bombas sembradas por la pasada administración cabecista se han ido desactivando.
La más reciente operación política llevó tiempo, pero finalmente consiguió parte del objetivo: separar, prácticamente destituir a Raúl Ramírez Castañeda de la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción.
Su salida era fundamental para que las carpetas de investigación y los expedientes penales en contra del gobierno de Francisco García Cabeza de Vaca avancen y, finalmente, se castiguen las corruptelas perpetradas en el sexenio anterior.
El caso de Mario Gómez Monroy, exsecretario de Educación de Tamaulipas durante el segundo tramo de la gestión cabecista, es el mejor ejemplo: está a un paso de la cárcel.
Si la 4T tamaulipeca logra llevarlo a prisión, habrá dado un paso decisivo en la lucha contra la impunidad con la que se manejó la administración estatal de Cabeza de Vaca.
A un año de tomar las riendas de Tamaulipas, el doctor Américo Villarreal Anaya llega fortalecido. Así lo indican los hechos políticos más recientes.
Apenas a principios de septiembre, hace un mes, los emisarios del pasado se lanzaron con todo para acorralarlo con un falso movimiento magisterial, un paro de labores que tenía no solo la intención de provocar la renuncia de la secretaria de Educación y recetar un duro golpe al gabinete, sino de impedir que el gobernador diera ‘el grito’ de Independencia en Palacio de Gobierno.
Así es: querían que la ceremonia se hiciera en otro municipio, pero no en Ciudad Victoria, donde se asientan los poderes del estado. Esas fuerzas oscuras querían tener bajo acecho el Palacio de Gobierno e, incluso, afectar la operatividad gubernamental diaria.
Finalmente, llegó ‘el manotazo’ que se tenía que dar sobre la mesa: el paro de labores de los maestros, una bomba política sembrada por los más radicales operadores cabecistas, fue parado en seco desde la Ciudad de México con la intervención directa del presidente Andrés Manuel López Obrador a través de la Secretaría de Gobernación y de la Secretaría de Educación Pública.
Arnulfo Rodríguez, un dirigente magisterial que fue ‘inflado’ a lo largo de dos semanas por un grupo de maestros que en la elección de 2022 se la jugaron abiertamente con César Verástegui Ostos, alias ‘El Truco’, regresó a su real y diminuta dimensión.
El gobierno de la Cuarta Transformación en Tamaulipas llegó a su primer año con una victoria política y administrativa más: la recuperación de cinco predios ubicados en la Playa de Miramar, terrenos que habían sido vendidos o, mejor dicho, ‘malbaratados’, en los últimos días del sexenio de Cabeza de Vaca a dos empresas.
El golpe, un izquierdazo recetado por el Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado, le dolió hasta lo más profundo al exiliado en Texas.
Los primeros 365 días del gobierno de la 4T en tierras tamaulipecas han tenido como característica principal la recuperación del andamiaje institucional. Se reitera, no ha sido fácil, el camino ha estado lleno de obstáculos.
No obstante, el avance ya es notorio, se percibe a leguas.
Justo al llegar a su primer año en la toma de decisiones, el gobernador Américo Villarreal se reunió con Claudia Sheinbaum, quien parece destinada a ser la presidenta de México los próximos seis años. El doctor se la jugó con su proyecto.
Es decir, a Tamaulipas le puede ir muy bien el siguiente sexenio, el que enarbola la continuidad de la transformación.
De cumplirse el pronóstico de la victoria de Claudia Sheinbaum, el gobierno de Américo Villarreal se fortalecerá.
Antes, claro está, deberá cumplir con el objetivo político electoral: contribuir en el triunfo de Morena en la elección presidencial con la mayor cantidad de votos a nivel estatal; ganar las dos senadurías y las ocho diputaciones federales, a fin de que la alianza ‘Juntos Haremos Historia’ alcance la mayoría calificada en el Congreso de la Unión; y llevarse la victoria en la mayor parte de las alcaldías tamaulipecas.
Pero, como todos saben, existe un objetivo clave, decisivo para que el gobierno de Américo Villarreal se quite de encima los últimos bastiones del cabecismo: ganar la mayoría del Congreso del Estado.
Por tanto, el segundo año de gobierno de Américo Villarreal, el cual ya comenzó, será determinado por el resultado que obtenga Morena en las urnas el 2 de junio de 2024.
Así de sencillo: si gana la elección, en sus distintos frentes, su gestión se consolidará. Si pierde, la administración padecerá complicaciones.
¿El pronóstico? De entrada, el escenario luce favorable para que el gobernador de Tamaulipas consolide su proyecto en su segundo año de gestión. Por supuesto, deberá hacer la tarea para lograr la meta.
Y PARA CERRAR…
¿Por qué se cayó el techo de la Iglesia de la Santa Cruz en Ciudad Madero? Más allá de las sospechas baratas que algunos quieren sembrar, la realidad es que las áreas de Protección Civil sirven de poca cosa, prácticamente están de adorno.
Basta recordar a botepronto lo que ha sucedido en el sur de Tamaulipas: en la zona centro de Tampico, en varias ocasiones, se han caído marquesinas. El saldo ha sido mortal.
En Ciudad Madero, hace 13 años, se cayó el techo de otra iglesia, situada en la colonia Obrera. No hubo muertos porque el derrumbe se registró en horas de la madrugada.
Desafortunadamente, lo que sucedió el domingo pasado en la colonia Unidad Nacional es fiel reflejo de las eternas deficiencias de nuestro ‘México lindo y querido’.
