El Verástegui consentido de Tomás Yarrington

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En el círculo más cercano a Tomás Yarrington, lo conocían como ‘Lalito’.

Cuando se le ofrecía algo al joven, sabían que debía ser atendido de inmediato por instrucción expresa del jefe, el entonces caprichoso y autoritario gobernador tamaulipeco.

Lo que pidiera ‘Lalito’, era una orden, un deseo que debía ser cumplido.

El nombre real de ‘Lalito’ era José Eduardo Verástegui Córdoba, un actor oriundo de la región cañera de Tamaulipas que había protagonizado varias telenovelas juveniles en Televisa con relativo éxito.

Si Tomás Yarrington tenía entonces el sueño de ser presidente de México, su consentido Eduardo Verástegui también tenía el suyo: alcanzar la fama como actor de renombre en la industria cinematográfica de Hollywood.

El salto al cine norteamericano lo logró en 2003, justo en el quinto año de gobierno de Tomás Yarrington: fue el protagonista masculino de la película ‘Chasing Papi’, conocida en la cartelera mexicana y latinoamericana como ‘Un Amante para Tres’.

Casualmente (obvio, en esto no existen las casualidades), el joven mujeriego que interpretaba Eduardo Verástegui en el filme se llamaba… Tomás.

Las tres bellas actrices que se disputaban el ‘amor’ de Tomás eran la colombiana Sofía Vergara, la puertorriqueña Rosalyn Sánchez y la estadounidense Jaci Velázquez.

La película, una pretendida comedia de enredos de apenas 80 minutos de duración, era mala, muy mala. El guion era infumable, patético.

Dos años antes, justo a la mitad del sexenio de Yarrington, Eduardo Verástegui había participado en un video musical de la despampanante Jennifer Lopez. En español la canción fue titulada como ‘Qué ironía’, mientras que en inglés se llamó ‘Ain’t it funny’.

Eran los tiempos en que Tomás Yarrington también estaba fascinado con las actuaciones de otro personaje histriónico, un rejoneador entonces de renombre y hoy retirado, un español oriundo de Navarra: Pablo Hermoso de Mendoza.

¿Lo recuerdan? Algunos, por supuesto, tratan de olvidar aquellos dislates (verdaderas locuras) del tomasismo, un sexenio marcado por los excesos y las frivolidades de quien fue calificado por George Walker Bush como ‘una estrella en ascenso de la política mexicana’.

Ese ascenso terminó en una pesadilla, en un infierno: Yarrington fue detenido en Italia hace seis años y encarcelado en Estados Unidos por lavado de dinero. En el país vecino cumple sentencia.

Algo sucedió también con Eduardo Verástegui, algo menos lapidario y, eso sí, más reflexivo: dejó de lado el intento de ser un famoso actor comercial, para convertirse más en un productor de películas con mensajes a favor de la familia y en contra del aborto y la trata de menores en Latinoamérica.

Un discreto y reservado tampiqueño, Alejandro Gómez Monteverde, es el director de esas películas (‘Bella’, ‘Little Boy’ -polémica por llevar el nombre de la bomba atómica que se arrojó sobre Hiroshima- y ‘Sound of Freedom’ -de reciente estreno-).

La posición ultraconservadora de Eduardo Verástegui llega a ser controvertida cuando sostiene que practica la abstinencia sexual, es decir, no tiene relaciones sexuales con mujeres. Eso genera múltiples especulaciones.

Ahora, Eduardo Verástegui, quien se identifica con Donald Trump y las políticas de extrema derecha, quiere ser presidente de México.

Tratará de competir en las urnas en la elección de 2024 por medio de una candidatura independiente, si es que logra un millón de firmas ciudadanas para su registro.

Tal vez, muy posiblemente, ese sueño de Eduardo Verástegui provenga de los tiempos de Tomás Yarrington, cuando era uno de sus consentidos, cuando lo escuchaba hablar de sus planes futuros, cuando el entonces gobernador soñaba con ser presidente de la república… un sueño que era o, mejor dicho, fue imposible de alcanzar.

EN LA NOCHE DEL ‘GRITO’ SE ABREN LAS PUERTAS DEL PALACIO DE GOBIERNO

Algo que no había sucedido en Ciudad Victoria en los festejos de la independencia de México, se registró la noche del pasado viernes: las puertas del Palacio de Gobierno se abrieron a la gente, el pueblo entró a su casa.

Sucedió algo más que nunca se había visto: el gobernador del estado y su esposa sirvieron la cena a los ciudadanos que ingresaron.

Así fue: Américo Villarreal y María Santiago de Villarreal atendieron al invitado especial, el pueblo. Eso es auténtico servicio público.

A diferencia de lo que acontecía en el sexenio pasado, donde la prepotencia y la soberbia eran actitud de todos los días, ahora el estilo es otro, muy distinto, con el sello del humanismo que caracteriza a la Cuarta Transformación.

En una noche donde se celebra la libertad de la patria, lo que más llamó la atención fue esa demostración de sencillez y humildad del mandatario estatal, de plena cercanía con los ciudadanos.

Con hechos, Américo está haciendo historia.

UAT Y AISTAC FIRMAN CONVENIO DE COLABORACIÓN

Para fortalecer el desarrollo de proyectos de investigación, la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y la Asociación de Industriales del Sur de Tamaulipas (AISTAC) firmaron un convenio de colaboración en días pasados.

El rector de la UAT, Guillermo Mendoza Cavazos, y el presidente de la AISTAC, Luis Apperti Llovet, estamparon su firma en el acuerdo en un evento realizado en la sala de juntas del edificio administrativo del campus Tampico-Madero.

Uno de los proyectos de investigación que es considerado prioritario para su desarrollo es la solución a la problemática de la incursión de agua salada en el sistema lagunario del sur tamaulipeco.

La UAT cuenta con investigadores especializados que buscarán opciones para resolver un problema que ya está aquí debido a los efectos del cambio climático.

Gabriel Arcos Espinoza, director del Centro de Investigación y Desarrollo de Ingeniería Portuaria, Marítima y Costera de la UAT (Cidiport), planteó los términos generales del acuerdo.

Y PARA CERRAR…

Vaya si hizo ruido la cena que tuvo Pepe Schekaibán con un grupo de empresarios y profesionistas destacados del puerto jaibo.

El director de Servicios Públicos del Ayuntamiento se perfila rumbo a la candidatura del PAN a la alcaldía de Tampico. Las apuestas claramente ya están a su favor.

El tamaulipeco Eduardo Verástegui, actor y productor de cine. Ahora quiere ser presidente de la república… un sueño que también tuvo su amigo Tomás Yarrington.

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